Dentro del género se diferencian por sus letras cuidadas y fuera de molde. Sacaron su primer disco: "¿Tarde o temprano?"
Por: Guillermo Zaccagnini
Decime una cosa: ¿vos me ves pinta de negro que nació en el Bronx? No". Con tono de fastidio divertido, el mc Chili Parker deja bien claro donde se alinea el trío de hip hop Koxmoz. El, Apolo Novax (también mc) y el dj Kox Tortuga ayudaron a reformular cierta parte del hip hop criollo a fuerza de interés en los detalles superficiales y en lo más profundo de un género que reviste gran complicación a la hora de traducir algo muy preciso de la cultura negra yanqui de fines de los setenta/ principios de los ochenta en ciertos barrios a los suburbios de este país sudaca. Digamos, es difícil creerle a un rapper argentino. Koxmoz es de lo más creíble. Se lanzan desde una plataforma tipificada pero son más gracias a sus letras filosas, divertidas, atentas al lenguaje acompañadas por bases atípicas a gogó, funkies, folclóricas y más.
Decíamos, lo superficial y el detalle más profundo. Chili aclara: "eso de hablar de 'tu'. Nosotros nos cagábamos de risa cuando escuchábamos que el hip hop de acá hablaba así. ¿Qué es? ¿Una novela? Nosotros no hablamos así. Entonces impusimos el che y ahora escuchamos grupos que recién empiezan y toman eso a rajatabla". Ahá. ¿Y lo profundo? "Si vos te fijás en las letras, la manera de rimar que tenemos, cómo rompemos métrica, las ironías que decimos. Agarrás a un pibe de otro grupo y no tiene vocabulario, no tiene cabeza, va a lo más fácil".
En 1998, La Organización era un rumor en el underground del rap argentino (bueno, no es otra cosa que underground). Como es de costumbre, el combo de mc's se amplió con break boys, grafiteros y demás accesorios. Allí militaban Mustafá Yoda, Apolo Rodas y dj Tortuga, entre otros personajes itinerantes. Mustafá abandonó con ansias solistas, se reagruparon, lanzaron algunas grabaciones y, finalmente, desaparecieron. O mutaron. De allí surgió Koxmoz. Un rebautizado Apolo y Tortuga sumaron a Chili y, en 2007, lanzaron ¿Tarde o temprano?, su notable primer disco. "Que es como una especie de grandes éxitos con temas que van de 2000 a 2006", explican. Y es, sí, diferente al resto, pero que lo digan ellos. Chili: "Es claro: lo que nosotros hacemos es más elaborado. Tratamos de no sonar como nadie, tenemos un estilo que es nuestro y no mentimos en lo que decimos". Tortuga: "Para hacer hip hop es fácil: o tenés talento o no lo tenés. Yo creo que nosotros tenemos talento y se nota. Hay muchas influencias en lo que escuchamos y eso influye mucho a la hora de hacer los temas". Apolo: "Nunca nos importó más que lo nuestro. Un amor propio por Koxmoz, por crecer, por evolucionar y hacer letras más inteligentes y elaboradas. El rap va mutando y cambiando. Hay una base que es clásica, encima de eso nosotros experimentamos, lírica y musicalmente. Al principio había mucha gente que nos rechazaba... Cuando supieron que nosotros nos estábamos juntando nos llegaron amenazas".
Estuvieron en la llegada del hip hop a Obras en 2004 cuando vino Raekwon de Wu-Tang Clan, también evangelizaron Creamfields, el Personal Fest y demás terrenos ajenos al rap. Y de tanto cruce, los tangueros electrónicos de Gotan Projetc los convocaron para hacer una colaboración en Mi confesión. "Vos vas a una fiesta de hop hop y ahí no estamos", escupe Chili y queda claro que no les interesa pertenecer al ghetto. "Si vos me preguntás a mí sobre el hip hop nacional... A mi, a mi me chupa un huevo el hip hop nacional", se ofusca Tortuga y Chili lo interrumpe: "Claro, ¡si no nos dio nada!". ¿Tortuga? "Sí: estoy contento de ser un exponente del mejor hip hop nacional. Y punto".